Hemos llegado a Varsovia
Sobrevolando Polonia, antes de llegar a Varsovia, el verde emborracha el ambiente lluvioso, con nubes a punto de reventar. La escasez de monte es otra diferencia con nuestro país. No existen las montanas. Aquí el conteniente europeo durante la época de la formación de las placas tectónicas no encontró ningún tipo de dificultad desde Varsovia hasta Cracovia y desde el Oeste al Este, podríamos disparan una rifle y la bala cairía por falta de fuerza, no por ningún tipo de impedimento geográfico.
El Aeropuerto de Varsovia, Chopin, nombre de compositor romántico que seguro alguno de vosotros conoce, por sus aventuras amorosas por Majorca, aquí se llama así, está en obras preparando la nueva invasión turística una vez que Polonia entre en la UE.
Sin encomendarnos a nadie, y olvidándonos de preguntar en Turismo, cogemos el bus> 175 que nos llevara al Metro de Gnask, cerca del hotel. Nos hemos olvidado que la escala de un plano es importante para evitarse caminar en exceso, y si te llueve a ” bots i barrals”el mosqueo es mayor. El bus nos llevó , nos saco del aeropuerto por una avenida laaargaaa hasta el centro de la ciudad. Los alrededores de Varsovia, como cualquier ciudad, sin interés hasta llegar al centro que nos habla de que se cuece en ella. Aparentemente es una ciudad vacía de gente, pocos vehículos, muchos tranvías, buen servicio por lo tanto. con edificaciones de 3 o cuatro plantas, paredes rectas, sin balcones, y con una falta de pintura importante. Manel diría ” Aquí un empresa de limpieza de fachadas” Barcelona , posat guapa” se ganaría la vida, claro si te pagan.