Berlín, 20 marzo 2007 más tarde

27/03/2007 Manel Sanz General

Este es el restos de un zumo de zanahoria con limón, muy recomendable que me sirvieron en el Café Bravo, me pedazo de garito, cristal dentro de un patio escondido que tanto nos sorprende de esta ciudad. Bueno todos tenemos anécdotas de nuestros viajes ahi va una. Nos sentamos, pedidos un maquiato y un zumo dos mesas enfrente nuestro dos chicas que hablan sin más, supongo de sus cosas, parece como amigas. No hay más. Una de ellas se va, es la del abrigo rojo, para identificarla, la otra chica se queda hablando con una camarera bla, bla, ja, ja, je, je me acaba la conversación y esta se pone a leer la prensa cultural . Oh la la… Estamos en el local rodeado de cristal y de pronto se acerca la chica de rojo con dos policías y un tercer joven. Hablan entre ellos y un pedazo de policía entra en el bar “puturru de fua” se acerca a la chica B y en alemán le dice ” xxxxxxxxxxxxx” “pi,pi,pi,pi” y le aconseja que salga del bar, ella de manera natural le pregunta por qué, siguen hablando y el policía le vuelve a conminar a que lo acompañe a la calle. No entendemos que ha pasado. Entre las chicas A y B no ha pasado nada aparentemente. El policía vuelve a entrar y pregunta a una pareja a nuestro lado que si han visto alguna cosa, por lo que entendemos la pareja defiende a la chica que se ha llevado el policía. El policía le pide la documentación para que en caso de juicio pueda declarar. Parece una tontería pero de pronto un mal entendido te puede costar algún problema.

Las calles son tranquilas, una de las ideas que nos hemos traído de Berlín es que el transito no está en primer plano. No hay motos, causante de un grado importante de ruidos; muchas bicicletas y como no, los vehículos van tranquilos y como claxon. Seguimos caminando, nos encontramos un local de venta de objetos de la época con la estética RDA de los setenta. Esta en la calle Rosenthale tenían una corbata metálica de lo más kitch valía 60 €.
En otra calle están rodando una peli, los obreros están descansando. En una puerta de un horno hay un grupo muy importante de currantes, qué harán? pues nada fumándole un cigarrillo. En Berlín como en España hay locales que está permitido fumar. La imagen de los fumadores en la calle nos provoca una imagen enternecedora, pobres ellos.
Estamos hambrientos y nos acercamos a un vietnamita ¡qué ganas de comer alguna cosa diferente que las que hacemos en Barcelona! pues hemos encontrado un buen restaurante. Este es nuestro menú: Sopa de gambas más verdura, sopa de carne más verdura los dos platos pìcantitos le han añadido gengibre. De segundo plato carne de cerdo y otro de tercera más fideos, más ensalada y un par de cervezas nos costó 30€, todo excelente.