Berlín, 19 de marzo 2007, dia del padre por la tarde

25/03/2007 Manel Sanz General

Después de una desilusionante arquitectura de Postdamer Platz, nos acercamos al Museo MARTIN GROPIUS BAU expone un clásico de la fotografía Brassaï y para nosotros un desconocido fotógrafo Gerard Rondeau. La exposición de Brassaï es una retrospectiva de su vida ambientada en la noche parisina, impresiona ver como su vida está relacionada con la fotografía. Simplemente tienes que ver la fotografía del poster de la exposición y queda demostrado la actitud del artista delante de la vida que él vive. La última parte de la exposición esta dedicada a graffitis de las paredes de Paría, donde están representadas caras, retratos, parecidas a la época parisina de los veinte.
La otra exposición la de Rondeau muestra la otra manera de ver el arte expuesto de los museos, en este caso el Louvre.
La arquitectura del Museo Martin Gropius es excelente, un patio central que distribuye en cuatro esquinas cada una de las galerías de se exponen las obras. Lo que ha sido un desastre es el restaurante, entre el cocinero y la camarera nos han tenido casi cuarenta y cinco minutos para comer unos tallarines. En dos minutos teníamos dos cervezas, los platos y los tenedores todo preparado para comer, pero los minutos pasan nadie nos dice nada, entre nosotros decimos ” que bien hacen la pasta al momento” pues sí, pero el cocinero se había olvidado y la camarera una chica jovencita se acerca a pedirnos disculpas. Nos dice en desagravio que nos invita a un café, yo entiendo que si queremos tomar café ya lo tenemos que encargar. ¡Si aún no tenemos la pasta ! fue un mal entendido. La chica tenía problemas de idioma pero nosotros aún más y yo del todo. Al final nos tomamos la pasta y el café.
Al lado de la entrada principal del Museo hay un solar, el muro pasaba por allí, aún hay restos, allí los nazis torturaban a sus detenidos lo han bautizado La Zona del terror. Al otro lado de la calle hay un edificio de la época nazi que recuerda el pasado de la ciudad.
Estamos muy cerca de uno de los controles ” Checkpoint Charly” la famosa zona donde los norteamericanos y los rusos controlaban los dos lados de la frontera. Es seguramente la parte de berlín más visitada, no tiene ningún interés, la verdad cuando estas en una ciudad que tiene esa historia uno necesita corraborar en sus propios ojos lo que tantas veces ha visto en televisión. Un tanto penoso pero es así.