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La oscuridad en el bosque: la vida es un lío

Buscamos en la forma un recordatorio de otra realidad. Para qué, lo desconozco. Cuando estamos delante de un objeto sus formas, sus texturas, sus sombras y en este caso, sus contorsiones son más parecidas a mi red neuronal, otra representación, que a un objeto público. Las imagenes hablan de mi, no de ti y alguna vez coincidimos con alguien que ve como yo. Cuantas veces queremos compartir con los nuestros y no nos entienden. ¡Solo faltaría!

 

La oscuridad en el bosque: Stop

Una encina me dijo: Stop. Estoy aquí y quieres pasar delante de mi sin decirme nada. Un simple tronco y un ligero contraluz me emocionó. Además pensé en el primer plano, en su tacto en relación al fondo, que solo podemos ver una vez está hecha latente la imagen del negativo. Trabajo en hasselblad y luego escaneo los negativo y hasta pasados unos dias no puedo reencontarme con el árbol que me llamó la atención. Bueno, me doy cuenta que mis fotos “prefieren mostrar y por lo tanto nada que decir.” ( perdón, Walter Benjamín “obra de los Pasajes, Ni a 8″

 

La oscuridad del bosque: Encinas, pinos y robles

Pequeñas ramas también forman parte del bosque.  Que dificil es poner el objetivo en el bosque, está lleno de planos, y mi ojo no sabe donde escoger el foco y me vuelvo loco. No necesito fotografiar grandes bosques, en pequeños espacios tienes la esencia de los bosques autóctonos. Encinas, pinos, robles, madroños forma parte de nuestro bosque más cercano. El agua escasea y cuando paseas por él, más escuchamos a insectos de secano que nos avisan del calor, no escuchamos brotar el agua de una roca. Mis fotos son secanos o secanas, no lo se… Lo que cada vez más me pregunto porque hago esto y no otra cosa. Cada vez estoy más convencido que me interesa la muerte en el sentimos más amplio. Los que sufren, los que no están, las injusticas, la pobreza, la lucha para que no desaparezca las ganas por luchar, enseñar lo que otros no se atreven y que está en nuestro entorno.

la oscuridad en el bosque: un retrat

La sombra se monta y recorta el paisaje, casi cortando la escena como de un bisturí se tratara. Casi de vértigo es saltar de un extremo al otro de la sombra, bien del árbol o del objeto a la derecha de la imagen. Tenía ganas, sí soy yo. Transformamos el escenario y nuestras cámaras nos enseñan lo que no ve nuestro ojo. Pacientemente trabajan hasta alcanzar nuestros deseos que una luz se convierta en una imagen latente. Que viaje el tiempo y la luz y un filtro mecánico y nos inmortalice. Este tiempo si que quedará para siempre, inmovil.

 

La oscuridad en el bosque: la llarga sombra

No totes les s’ombres són negres. Cal trobar el matis, el gris i si l’ull observa i s’entreten pot arribar a descobrir la vida nocturna. Tot tipus de tribus que han passant per l’escenari, totes elles han deixat les marques de les botes i algun taló se sabata d’agulla. Caminar per aquest bosc urbà en un poble burgès fa que escoltis, removent les fulles de faig, el seu crec, crec.

 

la oscuridad en el bosque Barcelona

Seguramente esta foto no es importante. Antes de colgar esta imagen de la colección “la oscuridad en el bosque” en la web de Catalunya Radio, aparece una noticia del debate sobre si es necesario la prolongación de la vida de las centrales nucleares en el estado español. Mi opinión es ¡basta!, cambiemos ésta fuente de energia. Claro que es complicado, claro que es costoso. Pero también todos sabemos la cantidad de universidades que estudian el recambio nuclear por otras fuentes generadoras de energia.
Mis bosques oscuros son de un Mediterraneo arrasado, casi desaparecido. Busco sombras, busco el crecimientos de sus tallos, busco los restos que dejan  las escamas del crecimiento más brutal. Los bosqueos se mueren, los hombres nos morimos, la vida se muere y mientras seguimos pensando en el debate de las Nucleares. Por cierto, no, gracias.
Recuerdo la imagen de una sombra clavada en el suelo de Hirosima. Tenía muy pocos años, he intentaba reconocer, desconocia lo sucedido, cómo un cuerpo podia quedar dibujado en el suelo, como un gratifi dibujado por Tapies. Hasta que descubrí que la onda expansiva podía arrasar muchos kilometros a la redonda. Esta es una de la pruebas de las nucleares, por no citar Chernobil.
Mis bosques son sueños y como dice un protagonista del la pelicula “La miel” los sueños no se pueden contar.